Territorio peligroso (Privado)

Eran aproximadamente las 13:00 horas cuando Russell por fin había acabado de desempacar su artillería de cosas. Y meterlas todas en el armario había sido, sin duda, una tremenda odisea. Eso sumado a las horas de viaje que había tenido desde Rusia, y a la linda caída que había tenido esa misma mañana al llegar (La cual había desembocado en su pobre labio inferior roto), ahora le habían entrado ganas de bañarse. Con la toalla al hombro, y un cambio de ropas se dirigió con una amplia sonrisa hacia el baño.
A pesar de la caída, Russell pensaba que era un lindo primer día en la academia. Empezando porque el clima parecía prometedor, y esto a pesar de que no era un día de lo más cálido. Pero bueno, él acostumbrado al frío... y ahora se iba a cambiar a unos shorts y una polera simple luego del baño. Daba igual.
Caminó tranquilamente, observando los dos letreros que indicaban los baños respectivos. Se quitó el reloj que llevaba en la muñeca mientras caminaba, puesto que no deseaba mojarlo. Se puso la ropa que cargaba en sus manos sobre la cabeza, tapándole la vista, para dejar libres de acción a sus extremidades. De esta manera, consiguió quitarse el reloj sin mayor problema, guardandolo en el bolsillo de sus jeans. Sin tener ganas de darse el esfuerzo de volver a tomar su ropa y cargarla como la gente, calculó más o menos dónde había visto la puerta, y con la espalda la empujó. Luego de entrar al baño, cerró la puerta detrás de sí.

"... Que raro... huele bien..." Y es que bueno, ustedes comprenderán que los baños masculinos no son, en su mayoría, lo más pulcro que existe. El olor a flores fue el primer indicio de que había algo extraño allí... pero bueno, ahora tenía otra misión. Dejó su ropa tirada, se estiró un poco, y observó una de las duchas. Entrecerró levemente los ojos. ¿Qué tan extraño era que las paredes fueran de un color pastel bastante claro...?

"En fin..." Dijo para sí mismo, al momento en que se quitaba la polera de encima, quedando con el torso moreteado desnudo. Se observó en el espejo. Bien, la caía había dejado sus huellas, pero daba igual. Se quejara o no, igual dolerían en la noche. Resignado, se quitó las zapatillas, los calcetines y los pantalones. Ordenó su ropa a un lado, y luego, al igual que un hámster en hiperactividad, observó con desconfianza su entorno. Sí, bueno, era cierto que estaba en el baño de hombres (Según él), pero eso no significaba que él fuera como la mayoría de los hombres. Él no era un exhibicionista. Luego de la rápida mirada, se cercioró de que en definitiva era el único ser viviente en el lugar. Perfecto.
Tomó su toalla, se quitó la ropa interior rápidamente, y corrió a la ducha. Luego de largar el agua y cerrar la puerta del cubículo que había elegido para bañarse, dejó la toalla a un lado, y observó otro indicio alarmante. Un jabón... rosado. Frunció el ceño, ¿Es que acaso no podían hacer aquellos lugares un poco más masculinos? Bueno, ya iría a preguntar por ello a alguna autoridad. Tomó el jabón resignado, y comenzó a bañarse, mientras tarareaba una canción tranquilamente.

Ella caminaba por el jardín de la academia llevando su laptop en la mochila... un cable blanco salía de su bolsillo y se dividía en dos cables que colgaban de sus orejas, un iPod largo color rojo se notaba sobresalir del bolsillo del pantalon ceñido de Joy. La canción "Holiday" de Scorpions resonaba en sus oídos acompañando sus pasos... aunque el viento parecía no estar de acuerdo en dejarla caminar tranquilamente. Un ventarrón demasiado fuerte surgió mientras caminaba, alborotando todo su cabello que iba sujetado en una traba a un costado de su cabeza... Ella lo habría dejado pasar, pero en ese mismo instante, en el segundo en que pensó que no arreglaría su pequeño problema de cabello, algo le ardió muy dentro... y se apresuró a llegar al edificio principal de la academia. Los baños estaban a solo unas gradas de distancia... las subió con rapidez y sigilo y empujo la puerta del baño de mujeres, donde un leve vapor se colaba de entre las duchas... Joy dejó su mochila en el mesón del tocador y procedio a acomodarse el cabello... pero entonces escucho una voz masculina resonar con las paredes de azulejo del baño... Dejó su cabello en paz y se asomó entre el vapor a ver si era el intendente que limpiaba, pero no... era la silueta de un chico detrás de la cortina de una de las duchas. - Hey!... - llamó ella apartando la mirada. - Creo que... estás en el baño incorrecto... - inquirió con la voz un poco temblorosa, por la vergüenza y un poco de risa al ver una situación asi.

Sonriente se encontraba enjuagandose cuando escuchó una voz con un timbre bastante poco común en los hombres. Esperen, ¿Qué acababa de decir? ¿El baño equivocado? Abrió los ojos como platos. Dirigió su mirada alarmada hacia el jabón rosado, luego hacia la pintura de la pared, hacia el aerosol aroma a flores... y hacia las flores de plástico que evitaban que se cayera en la ducha. Oh, esperen, había una crema humectante en el lugar también. Oh dios...

Tomó la toalla rápidamente, sintiendo su rostro simplemente fundirse bajo su sonrojo. Se puso la toalla alrededor de su cintura rápidamente, y con cuidado abrió levemente la puerta de la ducha, sacando su cabeza para observar al visitante. O mejor dicho, la visitante. Y un chillido completamente femenino y en un registro más alto de lo que creía que su voz podía alcanzar, salió de sus labios. Ok, esto acababa de arruinar su día. Sintió que a su corazón se le olvidaba dar un latido. ¿¡Y ahora qué iba a hacer!? ¡Su ropa estaba al otro lado del baño!

Intercaló miradas entre la chica y sus prendas de vestir, y luego en la puerta. ¿Idea de él o acababa de sentir que unos pasos se habían detenido frente a la puerta de ese baño? ... Oh dios... estaba rodeado...

Podría correr hacia mi habitación en un intento desesperado de escape... alto ahí. ¿Dónde quedaba mi habitación? Síndrome del alumno nuevo. Bien, no tenía opción. Inhaló y exhaló aire, se tragó su orgullo y... abrió la puerta de la ducha. Agarrando lo más firme que podía la toalla que le cubría la cintura, se echó a correr hacia su ropa, resbalandose a mitad de camino... lo que no impidió que mantuviera la toalla tan sujeta a él como si se tratara de una propia parte de su cuerpo. Agarró rápidamente la ropa interior y volvió corriendo a la ducha. Segundos tardó en vestirse con la única prenda que se le había ocurrido agarrar, o mejor dicho, con la única que había alcanzado a agarrar. Bien, eso significaba una nueva salida. Mal día...

Abrió nuevamente la puerta, y salió corriendo hasta su ropa, agarrando sus shorts. Bien, los nervios no le permitían vestirse rápidamente como hubiera querido... pero al menos forcejeaba por lograrlo. Lo que no significaba tampoco que estuviera logrando su cometido. Bien, la presión era simplemente algo que no le dejaba conseguir su cometido. En ese caso, solo podía hacer una cosa...

Agarró toda su ropa, y aún con los shorts a la altura de las rodillas, que era hasta la única altura a la que había conseguido subirselos, y salió corriendo como endemoniado hacia la puerta. Oh, la toalla...

Regresó corriendo a recogerla, y volvió a salir corriendo, abriendo la puerta de un empujón y encontrandose con un... ¿Obstáculo humano?

Ay no... Fue lo único que alcanzó a pensar, antes de sentir que su cuerpo caía sobre el de la otra persona que se encontraba detrás de la puerta. Oh vamos... ¿Qué otra cosa podía salirle mal ese día? Y allí estaba la respuesta. Varias risas comenzaron a hacerse escuchar a lo largo del pasillo. Al parecer era la hora más concurrida de la academia...

Mientras el muchacho detenía su placentera ducha... Joy aun miraba los azulejos de la pared... intentando respirar acompasadamente para no perder la concentracion y estallar en risas... pero lo siguiente que vió fue sin duda un momento que valía todo el dinero del mundo y que podría quebrar incluso la concentracion de un maestro de yoga...
El muchacho peleaba, literalmente, con su ropa y ni siquiera habia podido ponersela bien, la unica prenda que se ceñía a su cuerpo eran los boxers que se humedecían porque aun corria el agua de la ducha por su cuerpo...
Joy abrió la boca parcialmente para decirle "Hey, tranquilo" pero antes de pensar siquiera en cómo se pronunciarían esas palabras el muchacho salió como un rayo del baño... Joy pensó que no lo vería mas, pues si ella estuviera en su lugar desaparecería lo mas pronto posible de allí...
Pero aquel chico, no. Un sonido se escucho justo en la puerta del baño, y un estruendo, como una persona cayendo al suelo resonó en el pasillo...
En ese momento fue inevitable, Joy se hecho a reir abrazando su estomago y dejando su espalda descansar en el marco de la puerta del baño. - Hey, tranquilo... - logro pronunciar ahora con mas quietud mientras se acercaba al muchacho semi desnudo, que estaba aplastando a una muchacha que, seguramente tenia la piel palida, pero ahora sus mejillas tenian un color sonrosado bastante pronunciado. - Dejenme... ayudarlos... - la voz de Joy era entrecortada, por el ataque de risa que aun no se mitigaba... se acerco a ellos, saliendo del baño y le tendio la mano a la muchacha que aun yacía en el suelo... una vez terminando de ayudar a ambos a levantarse se dirigió hacia los muchachos que se habian quedado alrededor de la puerta del baño como si el mejor espectaculo se mostrara alli, aunque en verdad... lo era. - Fuera, todos... no hay nada que ver... - los ahuyentó colocandose delante de el chico semidesnudo y la chica sonrrojada... una vez que se aseguró que todos se retiraron del pasillo giró a verlos. - Estan bien?... - apretó los labios firmemente y cubrió su boca con una mano para no empezar a reir de nuevo.

Para qué negarlo. Russell parecía, sinceramente, un hámster rodeado de perros. Respiraba anormalmente rápido, y se encontraba tan en shock por la situación, que ni siquiera había notado el momento en que Joy le había ayudado a levantarse. Pestañeó varias veces, observando los vanos esfuerzos de la chica por intentar alejar a los mirones indeseados. Vanos por el simple hecho de que a los pocos segundos de haberse retirado todos los estudiantes, habían regresado otros tantos a observar el espectáculo. Luego dirigió su mirada asustada hacia la chica que le había servido de colchón de aterrizaje, la cual se encontraba más roja de lo que él había creído que una persona podía volverse. Miró nuevamente a Joy, frunciendo el entrecejo un momento.

Recogió a una velocidad impresionante todas sus prendas, se acercó a ambas chicas, y las empujó junto consigo mismo hacia adentro del baño nuevamente. Cerró la puerta fuertemente a sus espaldas, y volvió a poner rostro de cordero degollado. Russell se estaba, literalmente, muriendo de la verguenza. Qué ganas tenía de ponerse una bolsa de papel en el rostro y jamás volver a salir de su habitación... quizás eso haría el resto de la tarde. No sería la primera vez.

Ya resignado ante la humillación, consiguió ponerse correctamente los shorts, con la vista fija en el suelo. ¿Enfadado? No. Más bien... resignado a su triste destino. Tomó su polera, la cual se puso ya tranquilamente. Dejó el resto de sus prendas tiradas en el suelo, ahora simplemente no quería salir del baño. Y poco le importaba que fuera el de las chicas.

"¡No te rías! A cualquiera podría haberle pasado..." ... ¿A cualquiera? Bueno, quizás no. Pero decir aquello por lo menos le hacía sentir un poco mejor. Un poco. Observó el alrededor, sin conseguir encontrar ninguna ventana alcanzable para escaparse sin ser visto. Volvió su celeste mirada hacia la chica que había amortiguado su caída, casi rogándole con la mirada que le ayudara a salir de allí. Pero las risas de Joy simplemente le impedían pensar en otra cosa que no fuera su humillación.

Plan 'b'.

Se fué corriendo hacia uno de los cubículos del baño, encerrándose dentro de uno de éstos. Y no iba a salir de allí ni aunque le arrastraran.

Escuchó los golpes en la puerta, ante lo que se limitó simplemente a observar fijamente hacia el frente. ¿Debía salir o no? Bueno, habían más cubículos por si llegaba alguien. Pero quizás era mala idea quedarse ahí todo el día... después de todo, tenía aún que recorrer la escuela para reconocer un poco de territorio lo antes posible.

Escuchó las palabras de la chica, ante lo que volvió a meditar sobre su decisión. Bien, más humillación que la que podía haber sufrido simplemente ya no ocurriría. Lo peor habría sido haber salido sin absolutamente nada, pero ya estaba a salvo de eso. Al parecer no tenía opción más que salir. Después de todo, unas risas más o unas risas menos no harían la gran diferencia.

Movió el seguro de la puerta, y se dispuso a abrir... ¿Eh? ¿No se abría?

"¿Qué rayos...?" Dijo para sí mismo, empujando la puerta. Imposible, estaba atascada. Frunció el ceño, no estaba para nada dispuesto a que las cosas siguieran saliendo mal ese día. Retrocedió, subiéndose arriba del W.C. Tomó aire, miró fijamente la puerta.

"¡Aléjense de la puerta!" Avisó, y sin pensarlo dos veces gritó 'This is Spartaaaaaa!', lanzándose sobre la puerta con todo su cuerpo. Obviamente la puerta se abrió al caerle Russell encima, y bueno, el chico pasó de largo, aterrizando sobre el duro piso del baño. De allí, se puso de pie, se sacudió un poco las ropas y las miró como si nada hubiera ocurrido. Sí, no era que la caída no le hubiera dolido en absoluto. Es que ya estaba harto de que le salieran mal las cosas.

"Yo soy Russell" Respondió con su acento Ruso un poco más pronunciado al haber dicho su nombre. Suspiró derrotado, encogiéndose de hombros. Ahora que había salido, acababa de recordar que en sí, no tenía ni idea de a donde rayos quedaba el lugar al que quería volver. ¿Porqué se le había quedado su mini mapa en la habitación?

"Oigan... ¿No me podrían llevar a mi habitación?" Suponía que estaba de más decir que estaba perdido. De otra manera, no habría entrado al baño a esconderse hasta que el nº de expectadores bajara. Si hubiera sabido como regresar, entonces aún estaría corriendo como endemoniado para encerrarse en su habitación, donde ahí si, podría pasar toda la tarde de ser necesario.

Joy vio como el chico se notaba incomodo por sus constantes rizas, asi que empleo toda la fuerza de voluntad utilizada en teatro para contener cualquier expresion de burla o gracia que contenia en su ser. Respiro relajadamente y les dirigio una mirada serena a ambos chicos, mientras las mejillas de la muchacha volvian a su color natural... Ella le ofrecio al chico que salieran de alli y Joy solo los expresaba totalmente concentrada....

....Concentradísima, hasta que pudo ver como el muchacho se lanzaba contra la puerta, abriendola con un empujon tan duro que haria retumbar todo el baño, y las balizas de la pared amplificaban el sonido. - Ok, eso es suficiente... como puedo concentrarme si todo lo que haces es absolutamente gracioso! - gritó Joy comenzando a hiperventilar para no perder la concentracion... "Debe ser este el desafio mas grande de una actriz..." penso para si misma y cuando volvio a recobrar la compostura se acerco de nuevo a los chicos. - Alison?... Russell? - los llamó por sus nombres señalandolos con la mano, como si verificara que no estaba equivocada. - Yo soy Joy, Joy Lennox - se presento luego justo antes de escuchar que Russell pidiera que lo llevaramos a su habitacion. - Hace cuanto llegaste aqui? - no pudo contenerse en preguntarlo, pues era tan tipico niño nuevo, que temia que ella y Alison terminarian siendo las guias de Russell.

off: mega super duper lamento la demora u_ú

(Alisoon! Te agradezco si posteas unas 7 u 8 líneas mínimo porfa, y que no me controlen al personaje xD)

"... ¿Hace unas 4 horas?" Respondió a la pregunta de Joy, con un acento ruso que se le escapó sin quererlo. En realidad no había calculado si eran las horas exactas desde su llegada, pero daba igual. Estaba seguro de que habían entendido que no llevaba ni un día en aquel lugar.

"Bueno, si me llevan a mi habitación les regalaré algo" Agregó mirándoles con una amplia sonrisa. Sí, bueno, sabía bien que a muchos de los alumnos más antiguos no les agradaba el tener que hacer de guía por toda la escuela. Empezando porque era aburrido para ellos, y quizás una pérdida de tiempo importante. Pero Russell ya había pensado en eso antes de llegar a la escuela, porque sabía que se iba a perder. Siempre lo hacía.

Al ver que al parecer su invitación había funcionado, Russell las siguió sonriente fuera del baño. Ahí fue cuando recordó que acababa de pasar una de las tantas grandes humillaciones de su vida. La gente que caminaba ya comenzaba a murmurar cosas entre ellos. Al parecer, la reciente actuación de Russell estaba circulando por toda las escuela. Bueno, algún día tendrían que olvidarlo. Quizás cuando ocurriera algo más interesante. Hasta entonces, sólo tendría que esperar.

Quizás por el hecho de que ellas conocían el camino, Russell se encontró en frente de su habitación antes de lo esperado. Y se quedó mirando la puerta por varios segundos. ¿Dónde había dejado la llave? Comenzó a buscar entre sus ropas desesperadamente, encontrándola finalmente luego de unos 2 minutos de intensa búsqueda. La insertó en la cerradura, y con un ligero 'click' la puerta se abrió, dejando al descubierto una habitación completamente ordenada, con una enooooooorme maleta en una esquina de la habitación, la cual aún no había sido desempacada. En medio de la habitación, Russell ya había instalado su atril para las partituras, y el estuche de su violín descansaba sobre su cama.

Entró a la habitación sonriente, y ya en medio de ésta observó los rostros de sus acompañantes. Les indicó con la mano que entraran, al no conseguir recordar las palabras correctas para decirlo en aquel idioma. Se acercó a su maleta, de donde sacó dos postales bastante bonitas con imágenes de Rusia. Sí, se había dado el trabajo de buscar postales bonitas y escribir algunas palabras en Ruso que estaba seguro, nadie entendería.

Se las extendió a ambas, para que ellas eligieran la que quisieran.

"¡Gracias por ayudarme!" Dijo con una sincera sonrisa, para luego cerrar con el pie la puerta, esperando a que ellas escogieran su regalo.