Noche de Waffles (libre)

La clases habían comenzado, y mi reloj biológico estaba mal de nuevo, dado que en la cafetería siempre terminaba mas tarde mi trabajo; así que como consecuencia no tenia sueño en estos momentos.
Decidí ir al lugar donde me sentía mas libre, mi ambiente; mis hermosas cocinas que me había brindado la profesora Giry.
En el camino a estas, se me antojo algo dulce para comer, aun no sabia que; solo que tenia que llevar uno de los ingredientes mas hermoso, el exquisito chocolate. Me sentia extraña al ver totalmente vacias las cocinas, despues de un arduo dia de trabajo, me acerque al enorme refrigerador que teniamos para ver que seria lo que prepararia. Se me antojaba algo simple, pero dulce.

Waffles, fue lo primero que vino a mi mente; Waffles con chocolate untado, era mas que perfecto.

-Quiero un dulce- volteé a ver la cama de mi hijo con el ceño fruncido, apenas había regresado hoy y estaba con sus exigencias, estar 3 meses con una abuela consentidora no lo habia ayudado en lo absoluto, sonreí de medio lado, acercandome a él y sentandome a su lado. Revise la hora antes de responderle
-Es tarde para eso- mi sonrisa se amplio al verlo hacer una mueca de disgusto, sabía que me haria un berrinche, y eso no me gustaba, preferia las negociaciones -Te propongo algo, bajamos a la cocina y conseguimos leche tibia ya galletas... Dulces no, es tarde- lo vi quedarse pensativo, hasta que termino de aceptar mi oferta.

Se bajo de la cama y calzo sus pantuflas mientras me inclinaba para subirlo a mi espalda, asi llegariamos mas rapido a nuestro destino.

Tal y como ladrones, avanzamos hasta la cocina, esperado que nadie nos encontrara. Abrí la puerta con cuidado y entre con paso sigiloso.
-¡Un fantasma!- grito mi hijo sobresaltándome al tiempo que señalaba algo.

Ya tenia los ingredientes listos. Harina, Mantequilla, Huevos; Estaba buscando el ultimo, el mas esencial, la leche. Cuando me pareció escuchar que alguien entraba a las cocinas, me quede congelada, mientras la puerta del refrigerador me cubría.- Quien anda ahí?- fue lo primero que vino a mi mente, escuche la voz de un niño que decía que yo era un fantasma. Lo único que pude hacer fue reír con cierta dulzura; puse la leche en la mesa.

Disculpen la ignorancia, pero.... -murmure algo apenada- ¿Ustedes son?... -pregunte con cierta amabilidad- Es que soy prácticamente nueva en este instituto... -sonreí y tome asiento por un momento en el comedor que teníamos ahí en la cocina- soy Sabrina Lennox, soy la chef del instituto... -sonreí ampliamente-

Tenia mucha hambre!, demasiada; con eso de que a media tarde salí con Mary y comimos algo, a la hora de la cena ya no tenia apetito. No era justo, por que a la media noche me atacaba la anaconda que vivía en mis tripas, osea no!!!, creo que el gritarme a mi misma, dentro de mi cabeza es señal de que estoy loca, pero mas loca debería de estar si pensaba que podría zafarme tan fácilmente de los brazitos de Mary lo cuales me aferraban como si yo fuera un oso de peluche.
Espere el momento justo para zafarme, me puse mis sandalias, un abrigo y salí en calidad de incógnita hacia la cocina.

Al llegar ahí escuche ruido, eso era muy extraño que tipo de personas se paraban a la media noche a la cocina; errr... mejor dejo de pensar cosas que me hacen pensar que en verdad estoy perdiendo la cabeza.
Entre a la cocina y me lleve una sorpresa al encontrarme con Sabrina- Bree!! que haces aqui tan tarde... -le pregunte curiosa, mire al otro lado y estaba mi profesor de musica- Profesor Arsbeth y este es su pequeño, cierto??.. -me incline a la altura del nene- ¿Como te llamas pequeño?-

Salude con un gesto a la joven Gothick mientras mi hijo la miraba, al principio con algo de duda, aunque luego lo vi sonreír de una manera bastante... familiar.
-Jackson Dominic Arsbeth, para servirle, señorita- contesto con voz educada causando que soltara una corta carcajada; al parecer había educado bien a mi hijo en el arte de tratar a las mujeres. Voltee a ver a la otra dama, encantadoramente pelirroja como mi alumna; sonreí ampliamente, ¿desde cuando había tantas pelirrojas en la Academia? Contando a la señorita Swann esta era la cuarta de ellas... Para mi que nuestra amada directora estaba creando un ejercito.
-Christopher Joseph Arsbeth...
-¡Segundo!- interrumpio mi hijo antes de que terminara.
-A eso iba, Dom- repliqué en broma -Como decía, Christopher Joseph Arsbeth II, para servirle- conteste tomando su mano y depositando un beso en ella -Bienvenida a la academia, señorita Lennox.

Mi rostro adquirio un tono un poco rosado ante aquel gesto tan galante- Ya veo... -sonrei- Muchas gracias... -murmure, para despues contestarle a Kathrina- Uhm... es que no puedo dormir, con eso de que estoy acostumbrada a cerrar la cafeteria mas tarde en epoca de vacaciones, cuando comienza el ciclo escolar de nuevo, me cuesta trabajo acoplarme al horario... -rei un poco apenada.

Sonrei con cierta ternura al escuchar al pequeño, se veia tan tierno... despues de un momento cai en la cuenta ¿Que haciamos en la cocina a esta hora? Acaso todos tenian hambre...

Me distraje por un momento pensando en la inmortalidad del cangrejo, la mera verdad el hambre me distraia, tenia muchisima!! pero se me hacia de mala educacion interrumpir al profesor y a Bree, habia algo fuera de lugar en este escenario. Cosos en la mesa!!! como para hacer hot cakes!! o que se yo... el caso es que queria unos, asi con arta miel o cajeta!!! queria unos *¬*...

Espere a un momento de silencio - Bree... ibas a cocinar algo en especial?- pregunte con cierta curiosidad- Eso parece como si fueras hacer hot cakes o algo asi.... -le mire con cara de cachorrito a medio morir, ella sabia que significaba esa carita- Te puedo ayudar??... -pregunte ansiosa-

Observe a ambas hablar, Dom jalo de mi bata para que le pusiera atención y con un gesto me pidió que me inclinase. Lo hice y él susurró algo a mi oído, sonreí de medio lado.
-Pídelo tu, como te enseñe- le dije con un guiño, el sonrió de nuevo y se acerco a la mayor, jalo de su falta suavemente, con el mismo propósito que antes.
-Yo también quiero Hot Cakes...-pidió con voz suave y aunque estaba a espaldas de mi, era como si estuviera viendo su sonrisa "encantadora" mientras hablaba, sobretodo al notar el sonrojo y la ternura en el rostro de la nueva chef.
-Yo le enseñe eso- le murmure a Kathrina con orgullo.